“No he escrito poesía con la intención de llenar el abismo, sino para deambular dentro de él y explorarlo”
Doy gracias al tiempo,
que me toma en sus brazos
y borra, a su paso, el camino…
Abrazo a la espiga del tiempo,
mi cabeza es una torre de fuego.
¿Qué es esta sangre que palpita en la arena
y qué es este ocaso?
Llama del presente, ¿qué vamos a decir?
En mi garganta están los jirones de la Historia
y en mi rostro los signos del sacrificio.
¡Qué amargo es ahora el lenguaje!
¡Qué angosta la puerta del alfabeto!
Abrazo a la espiga del tiempo
mi cabeza es una torre de fuego.
¿Se ha convertido el amigo en verdugo?
(El tiempo)
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